BIOLOGICAL CONTROL OF LIVESTOCK TAXES AND OTHER AGRICULTURE PESTS
Por Alda Rodríguez dos Santos *
Experiencia de control biológico que desarrolla Batovi Instituto Orgánico (BIO Uruguay) con aislamientos “on farm” de hongos patogénicos de insectos y ácaros plagas de la agricultura y la ganadería, como una herramienta sustentable para el manejo ecológico en Uruguay.
En Uruguay, existen sitios que conservan la riqueza natural de los ecosistemas productivos, con suelos que mantienen la biodiversidad de organismos, entre ellos aquellos que tienen características de ser patogénicos de plagas del lugar. Estos representan un gran potencial para ser utilizados en el control microbiano como una estrategia ecológicamente segura ya que se basa en el uso de organismos nativos, que a través de técnicas sencillas pueden ser aislados y posteriormente reproducidos para su uso a nivel predial o regional. La adaptación a las condiciones de humedad, temperatura y luz ultravioleta son algunas de las ventajas para trabajar con ellos.
El Instituto BIO Uruguay ha desarrollado una metodología de trabajo que parte por capacitar a productores y sus asociaciones para realizar aislamientos de hongos patogénicos nativos de los ecosistemas insertos en los establecimientos productivos, conservarlos, multiplicarlos e incluirlos en los planes de manejo sanitario de las correspondientes producciones ya sean ganaderas o agrícolas.
A continuación un esquema del proceso:
Esta forma de trabajo para el manejo sanitario de garrapatas del ganado Rhipicephalus microplus) viene permitiendo conocer la biodiversidad presente en nuestro rico bioma pampa, valorar los servicios ecosistémicos cuando producimos conservando las pasturas naturales y la importancia de desarrollar capacidades para que los sistemas de producción de alimentos se realicen en forma amigable con la naturaleza y todos los que la habitamos.
Actualmente BIO Uruguay trabaja en forma asociada para la conservación y uso de aislamientos pertenecientes a más de 50 productores ganaderos, lecheros y hortícolas de diferentes partes del país. Entre ellos se encuentran productores de carne orgánica de exportación, productores orgánicos de hortalizas asociados en una cooperativa agraria que abastece una cadena de supermercados en la capital y productores lecheros asociados en la Cooperativa Productores de Leche de Tacuarembó.
El método de aislamiento comienza en los establecimientos agropecuarios, identificando áreas del con suelos menos perturbados y de mayor biodiversidad, tomando muestras de los primeros centímetros, las que son homogenizados y puestas en contacto con insectos trampas, que luego de un período en cámara húmeda se retiran para el proceso de identificación y pruebas de patogenicidad sobre las plagas. La multiplicación de los aislamientos más efectivos se realiza sobre sustratos alternativos como por ejemplo arroz o trigo para llevados posteriormente a campo, donde se realizan diluciones de 1-2 gramos por litro de agua que contienen alrededor de 10 millones de esporas, que son las unidades infectivas que en contacto posterior con garrapatas (en sus diferentes estadios de desarrollo desde huevos a adultas) provocará el desarrollo de enfermedades sobre éstas y posterior muerte.
Algunos productores ganaderos con poco número de animales realizan las diluciones de hongos y bañan por aspersión, otros en cambio con 100 a 1500 cabezas de ganado realizan han reactivado o construido baños de inmersión, y en todos los casos los tratamientos se realizan cada 20-30 días, en forma única durante todo el ciclo de las garrapatas (de agosto a mayo), o en control integrado con agroquímicos en momentos que los factores climáticos no son favorables para el desarrollo de los hongos.
Las ventajas de esta alternativa son varias, desde disminuir la presión de agroquímicos sobre los agroecosistemas y sobre el desarrollo de resistencias por parte de las garrapatas; ser inocuo para el ambiente, productores y consumidores; actuar sobre garrapatas que están sobre el ganado y también en el suelo, ser una tecnología económica, que se puede trasmitir en todos sus pasos a los productores evitando la dependencia extrapredial, cumpliéndose así todos los aspectos del desarrollo sustentable.
Estas experiencias exitosas se están llevando a cabo también sobre hormigas (géneros Atta. y Acromirmex), sobre y moscas blancas de los invernaderos (géneros Bemicia y Trialeurodes).
En Uruguay se conoce poco sobre la presencia y abundancia de hongos entomopatógenos en suelos agrícolas y BIO Uruguay es pionero en el tema, demostrando que con técnicas sencillas, que se ponen en conocimiento de los productores se puede aislar, usar y conservar hongos entomopatógenos, siendo ésta una herramienta valiosa en la promoción del equilibrio natural de plagas y la obtención de sistemas productivos menos agresivos del ambiente y alimentos más sanos para la población, todo ello con técnicas de bajo costo y sin generar dependencia para los productores agropecuarios.
Veja o vido sobre o curso realizado no Brasil em parceria do IBEM com o BIO Uruguay cliquei aqui
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* Alda Rodríguez dos Santos (Doctora en Ciencias Agrarias Ingeniera Agrónoma, investigadora y capacitadora en Instituto Orgánico BIO Uruguay en Sauce de Zapara-Tacuarembó-Uruguay). Curso sus estudios de grado en la Universidad de la República (UDELAR-Uruguay) y los de postgrado en la Universidad Agraria de la Habana-Cuba.
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